Si los soldados no están fuertemente acometidos, no obedecerán cuando sean castigados; si se los emplea cuando no obedecen, habrá problemas. Si cuando los soldados están fuertemente acometidos no se les imponen castigos, emplearlos también será inútil. Por lo tanto, los soldados tienen que ser tratados con humanidad, pero mantenidos bajo control por medio de una disciplina de hierro. Este es el camino seguro hacia la victoria. Si al entrenar soldados las órdenes son claras, el ejército será obediente. Si al entrenar soldados las órdenes no son claras, el ejército no será obediente. Si un general muestra confianza en sus hombres y sus órdenes siempre se cumplen, el éxito será para todos.
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